miércoles, 21 de octubre de 2009

RUTA DE BRAÑAGALLONES
El 17 de Octubre, día de San Ignacio de Antioquia, (que se lo comieron los leones…), Los pelayos Rubén y Nacho (pues que era el santo y no pagó ni un café…) nos tenían organizada una ruta a Brañagallones, he aquí el relato de la misma:
10:00 hrs., APARCAMIENTO DE BEZANES, mañana clara y despejada…:
¡¡¡QUE FRÍO!!!...ni dando saltos entraba uno en calor, el relente de la mañana y la proximidad de las montañas congelaban el termómetro en 0ºC…como pudimos, nos fuimos preparando y algunos incautos que no lo habían hecho en casa, tuvieron que ponerse en paños menores (o sin paños) para comenzar la ruta. Una vez todos listos, los 31 efectivos, mas unos foráneos que nos acompañaron hasta La Collaina, nos agrupamos para calentarnos un poco y hacer la foto de rigor. La ruta tenía un tramo de enlace por carretera hasta el pueblo de Soto, aquí, el frío se hizo más intenso si cabe…Brrrrrr…(Hay que destacar que el bueno de Paulino, hombre atento ante todo, decidió rutear directamente a Brañagallones para asegurarse de que la citada Braña estuviera abierta…). En fin, ya en Soto empezamos a mover los pedales con gracia y salero, y en pocos metros, ya en la aldea de Belerda, las temidas cuestas hicieron acto de presencia…de 700 m había que ascender a unos 1.214m…; el frío ya era un lejano recuerdo, y las huestes ciclistas se repartieron las tareas: Grupo de Avanzada, en lucha perpetua contra el crono; comandado por los Srs. Nacho Herrero, Ramón, y Chema; Grupo de enlace, hábilmente dirigido por don Rubén de la Vara con la inestimable ayuda de Joaquín, Kike, Emilio, los Santis y Pachu entre otros, y Grupo de cola o pelotón de comodones, con los de siempre, vaya….Juanjo, Blas, el Rectos, Vicente, Félix, Héctor, (que iba de escolta) , y compañía, espoleados convenientemente por Don Pablo Moya que con su suave y aterciopelada voz evitaba que nos desmayásemos en las soleadas y lascivas praderías; como explorador y locutor en practicas operaba el recluta Barredo…y ascendimos, y ascendimos, y ascendimos, y…...entre hormigón, y terrea pista llegamos hasta la La Collaína,(collada pequeñina ) donde nos agrupamos con pocas ganas; cierto es que ya las vistas eran espectaculares…alguno veía hasta la mar…de aquí, un camín pindio y rugoso nos depositó, entre olor de ferodos y exclamaciones diversas, en el pueblo de La Felguerina, donde los organizadores Srs. Nacho y Rubén nos indicaban, con un siniestro giro a la siniestra, el inicio de la temida rampa hasta La Canalina. Ya sin descanso, con el platillo de postre metido, y rebuscando en nuestras mentes una razón para no desertar..., fuimos trepando, o mejor escalando, (el cuentakilómetros preso en los 3 -4 km/h), animados, eso sí, por Rubén, que como buen samaritano, escuchaba nuestras quejas e imprecaciones, animándonos a llegar hasta la fuente,…que siempre se encontraba a 600 m!!!….Cincuenta curvas retorcidas después, por fin llegamos a la misma, donde reposamos, admirados ante los paisajes que nos rodeaban; Al poco, ya con pulmones, acosamos la madre de todas las batallas, digo cuestas, que solo unos pocos vencieron, y alguno lo pagó luego con agónicos temblores, era el precio final para acceder a la collada La Canalina…(estábamos a 1563 m., 16 Km. de ruta…4 horas…anda que…) allí, vista la animosidad del grupo y en previsión de males mayores (canibalismo, torturas varias…) los organizadores de la ruta decidieron que almorzáramos en la bella majada de Mericuerna, a pocas piedras de distancia. (Lo del nombre de Mericuerna debe tener algo que ver con los cuernos de las vacas que oteaban nuestras viandas con no poco disimulo). Una vez llenos los buches y reposados los cuernos, digo cuerpos… montamos de nuevo en nuestras cabalgaduras, algunos con mas problema que otros (la jaca del Sr. Calleja quería dar la vuelta…) e iniciamos la marcha hacia el bosque del Crestón, atravesando algunas riegas con agua suficiente para enfriar nuestros ánimos y posaderas…en el Crestón, un frondoso hayedo con trampas ocultas, el Sr. Vara echó cabeza a tierra, y Félix y su rueda delantera se pusieron a buscar setas...no había…Una vez pasado el bosque, Rubén y Nacho nos habían preparado una divertida carrera de obstáculos con roderas, agua, barro, mas barro, troncos, mas troncos, pozas, ¿ya dije barro?...en fin, de todo…menos mal que al oído de nuestros lamentos acudió el bueno de Paulino, hombre atento ante todo, que ya estaba aburrido de esperar, y nos condujo por el buen camino hacia la Braña. Y una vez allí, el descanso…el reposo…pues NO!!!, aleh, que había que bajar…menos mal que, como siempre, formose un grupo de cola que cual excursión de japoneses, iba parando en cada curva, mirador, peña, flor, para hacerse unas fotos…bueno, pues sorteando excursionistas y regueros, 11 Km. después llegamos al pueblo, en donde el avispado Juan de Blas oteo una posada, que con firme voz descubrió al resto del grupo (todavía están asustados en Bezanes del estruendo…); y allí nos fuimos reuniendo los integrantes de la ruta, algunos ya en ropa de domingo, para degustar unas buenas jarras de cerveza, cafés, helados,,etc…bebidas energéticas donde las halla. En fin que celebramos y felicitamos a Rubén y Nacho por esta rutaza, que con tanto cariño nos prepararon., vaya por ellos...

1 comentario:

Bluetomate dijo...

¡Que bonito!Se me ponen los dientes largos